martes, 31 de mayo de 2011

NUCLEARES EN FRANCIA, EL PACTO CON EL DIABLO

La feria de paramotor en Basse-Ham en el noroeste del Francia al lado de una central nuclear
En el mundo post-Fukushima esta imagen aún resulta más impactante. La imagen de una feria internacional de paramotor organizada frente a una central nuclear ¿Se imaginan a cientos de personas sobrevolando las chimeneas de Garoña? ¿Qué les parece la idea de pasar un fin de semana familiar acampados en un paraje atómico? ¿No es un auténtico despropósito practicar el deporte favorito con semejante telón de fondo?
Los aficionados franceses de paramotor se refieren a Basse-Ham como la feria más importante que el sector celebra cada dos años. Por eso cuando estuve allí hace unos meses no lograba salir de mi asombro. 
¿Es que no había ningún otro sitio? Un lugar idílico sí, muy verde y con grandes ríos, pero también con una cicatriz imposible de disimular.
Algo que en España sería impensable, en Francia sucede sin que nadie ponga el grito en el cielo. En la potencia nuclear europea, el paisaje es en muchos casos un paisaje atómico. 
Curiosa sensación la de volar tan cerca de una chimenea nuclear
Ahora que tras el desastre japonés, Alemania, Suiza e Italia anuncian un apagón nuclear en las próximas décadas, Francia sigue apostando fuertemente por este tipo de energía.
¿Por qué París va por libre en esta cuestión? Por su enorme dependencia energética y sobre todo porque los franceses han aceptado de manera pasiva el pacto que los sucesivos gobiernos han firmado con el diablo.
Sarkozy lo ha dejado claro: "La cuestión nuclear está fuera del debate". Su primer ministro, François Fillon insiste en que Fukushima es una oportunidad, atención, no para abandonar la industria atómica sino para hacerla más segura.
¿Nadie se ha planteado dudas tras la catástrofe japonesa?
Sí, las ha habido, pero da la impresión de que han sido rápidamente silenciadas. 
Francia construye ya una central de nueva generación en Flamanville. Según informa BBC, el pasado marzo, el director de Seguridad Nuclear planteó la conveniencia de parar las obras para reflexionar sobre posibles problemas dado el precedente de Fukushima.
Fue silenciado. Reculó rápidamente y la moratoria no se volvió a poner jamás sobre la mesa.
EDF, la empresa que construye la central es en un 80 % de titularidad pública. ¿Cómo podemos fiarnos de las garantías de seguridad que nos da el Gobierno cuándo tiene lazos tan estrechos con la constructora? se preguntan algunos. 
La respuesta sigue en el viento porque como dice Didier Anger, activista anti nuclear, "Francia es una auténtica democracia para todo, menos para lo que tenga que ver con la industria atómica". 
El país posee 58 de los 143 reactores que operativos en la Unión Europea. Y, si todo sigue igual, tendrá aún más.

miércoles, 25 de mayo de 2011

LA PRIMAVERA IBÉRICA Y MEDIÁTICA

Portada del diario francés Libération del pasado martes 24 de mayo
Toda la vida admirando la capacidad de movilización social al otro lado de los pirineos y ahora resulta que los españoles somos un ejemplo. L'Humanité se pregunta "¿Y si los jóvenes franceses toman el relevo?". Por su parte, el diario Républicain Lorraine comenta "Túnez, El Cairo, Madrid, el mismo combate. La globalización de la precariedad de los jóvenes empieza a tener una expresión política que, si se propagara en Francia, podría afectar a la carrera por las presidenciales". 
"Es la lección que la primavera árabe ha dado a Europa. Si se pueden cambiar las cosas en una dictadura, desde luego, debe ser posible cambiarlas también en democracia", observa Le Monde, y continúa: "Hay que escuchar las reivindicaciones de los indignados. Son sobre todo políticas y pueden encontrar un eco en otros países europeos".
Le Figaro pronostica: "Hay una nueva reivindicación que puede convertirse en una mancha de aceite en una Europa superendeudada y obsesionada con mantener el sistema de pensiones". 
Daniel Mermet, activista y periodista francés desembarca en la España post electoral para hacer su programa en directo para France Inter desde La Puerta del Sol.
En España, la prensa ya no está tan encandilada con los indignados. Han pasado las elecciones y ahora nos ocupamos, sobre todo, de la marea de gaviotas azules y la hecatombe socialista. 
"Esto es democracia y no lo de Sol" gritaron las juventudes del PP en la calle Génova tras la victoria, y , de pronto, las tiendas de plástico en el kilómetro cero con sus variopintos habitantes ya no centraban el debate. 
Ahora sólo hay una margarita que deshojar: congreso o primarias. Lo demás, en la política y la prensa española, es secundario. Los indignados, han sido desplazados ya un segundo plano.
La prensa anglosajona, también se dedica sobre todo a analizar las consecuencias de la debacle zapateril, aunque siempre relacionándola con la protesta de Sol: "Los españoles han sido pacientes durante años de crisis, pero han terminado por explotar una semana antes de las elecciones. Decenas de miles se han concentrado en las plazas de las principales ciudades", comenta The Guardian. 
Al analizar el resultado de las elecciones, The Economist se pregunta "¿Cuál ha sido el efecto de las concentraciones de los indignados en las urnas?" Y acto seguido destaca: "El porcentaje de voto nulo aumentó hasta el 4% convirtiéndose en una forma de expresión del descontento de la juventud.".
Frente a los análisis que sobre ellos se hacen, los indignados, los protagonistas,  votan en asamblea no participar en el programa 59 segundos. Algunos piensan que aún no es el momento, otros consideran que así evitan ser manipulados. 
Después de haber visto que la marea de indignación tiene un reflejo particular en las urnas, la España mediática va a dedicarse en cuerpo y alma a las próximas elecciones generales. Al fin y al cabo, las del domingo pasado han sido apenas un ensayo. 
Mientras tanto, de manera más discreta, la indignación seguirá su curso en asambleas de barrio y en otro tipo de foros. Porque se trata, en definitiva, de impulsar la participación ciudadana. Porque es importante la existencia de una masa crítica vigilante. Porque debajo de los adoquines de Sol seguirá habiendo cinco millones de parados. Que a nadie se le olvide.

jueves, 19 de mayo de 2011

SPAIN IS NOT SO DIFERENT...AT LAST


Los primeros en estallar fueron los jóvenes griegos. Corría diciembre de 2008, el diciembre más negro en décadas. Comenzaba la peor crisis de todos los tiempos y ellos lo vieron claro: su futuro no podía pintar peor. No quedaba otra que tomar la calle y desahogar la cólera contra la corrupción, las privatizaciones y la falta de expectativas. Mientras tanto aquí en España no pasaba nada.
Luego llegaron los franceses y la liaron como sólo ellos saben hacerlo. A los planes de ajuste, respondieron con jornadas de movilización. La amenaza de tener que trabajar pasados los sesenta levantó al país. Se hablaba de un nuevo mayo del 68. Mientras tanto aquí en España tampoco pasaba nada. 
Después, al otro lado del canal de La Mancha, los chavales quemaron Londres. La era laborista había terminado, llegaba Cameron con la tijera y los jóvenes salieron a protestar. El aumento de las tasas universitarias acabó con su paciencia y se lo dijeron a la cara al Gobierno conservador, frente a la sede de su partido. Mientras tanto, en España, se había producido el mayor recorte social de la democracia, pero seguía sin pasar nada.
Los ecos de la protesta se extendieron también a Italia, Portugal e Irlanda, pero en España, la huelga general no logró poner contra las cuerdas a un Gobierno "progresista".   
Cuando faltaban días para acabar 2010, un joven tunecino, Mohamed Bouzazi, se inmoló a lo bonzo en Túnez. El hecho, aparentemente aislado, desencadenó una oleada de protestas que rápido se transformó en la mayor ola revolucionaria del mundo árabe. Cayó Ben Alí y la furia llegó a Tahrir. La plaza cairota de la liberación se llevó por delante a Mubarak en tiempo record. Estalló Libia, Yemen, Bahrein, Siria...
En Islandia, el pueblo se levantó contra otra dictadura: la de los mercados. 
Y para entonces, España se había convertido en el laboratorio sociológico de la no revulución. Un país con cinco millones de almas desempleadas; con una tasa de paro juvenil doble de la europea; con una ley hipotecaria que hipoteca la vida del desahuciado y, sin embargo, un país donde nadie montaba barricadas.
¿Qué pasaba con los jóvenes españoles? ¿Qué ocurría con esa "generación perdida" que, según el Fondo Monetario Internacional, corría el riesgo de quedarse fuera del sistema? ¿Por qué no protestaban como el resto de europeos? ¿Por qué España era diferente?
Pasivos, acomodadados, anestesiados, ninis, niñatos, nihilistas, aburguesados. De todo se escuchó sobre ellos ¿Dónde estaba la fuerza que sólo da la juventud?
Y cuando menos se esperaba, la protesta llegó. Y pilló a políticos y a opinionólogos con el paso cambiado, sin capacidad de reacción. A sólo una semana de la consulta en las urnas.

No. El 15-M no se lo esperaba casi nadie. Y por eso nos ha dejado a todos descolocados.
Falta concreción, sí. Son demasiadas sensibilidades dispares, también. Habrá que ver si tiene algún efecto en las urnas, si el espíritu logra sobrevivir pasadas las elecciones. De momento hay muchas dudas, demasiadas.
Pero algo ha quedado claro. Respecto a la protesta social, España ya no es tan diferente al resto del planeta...por fin.

martes, 17 de mayo de 2011

MADAME STRAUSS-KAHN

Dominique Strauss-Kahn lleva dos décadas casado con Anne Sinclair

El detalle que más me llama la atención de todo el escándalo sexual que arruinará la reputación y la carrera política de Dominique Strauss-Kahn es el hecho de que sea un hombre casado ¿Se han parado a pensar que existe una Madame Strauss-Kahn?
Lo han llamado "chimpancé en celo"; le acaban de denunciar por abalanzarse desnudo sobre una empleada del Sofitel Time Square; su fama de mujeriego (chaud lapin, como dicen en la prensa francesa) le acompaña desde hace décadas; ahora surgen nuevas acusaciones contra él. Hasta Sarkozy le advirtió de que en Estados Unidos podía meterse en líos si no tenía cuidado con su obsesión por las faldas. 
Una verdadera joya, parece el tipo, y a pesar de todo, está casado. Y no precisamente con una mujer anónima que se mantenga en un discreto segundo plano. No, su mujer es Anne Sinclair, bella aunque ya madura, con una gran carrera profesional a sus espaldas y, además, multimillonaria. No da la impresión de ser una persona que necesite arrimarse a alguien poderoso para brillar. Parece tener bastante luz propia.
Es el tercer matrimonio para él y el segundo para ella. Llevan juntos veinte años  ¿Se imaginan dos décadas al lado de Strauss-Kahn? ¿Qué mujer tiene necesidad de soportar infidelidades y, sobre todo, el eco de los flirteos y, ahora, las agresiones en la prensa? ¿Hasta qué punto será difícil para ella que su marido sea considerado un enfermo incapaz de controlarse? 
"No me creo las acusaciones ni un solo segundo", dijo horas después de que estallase el escándalo. Y un día más tarde, ya estaba en Nueva York con un millón de dólares en el bolso para pagar la fianza que le ahorraría el paso por la cárcel. Fue en vano, la juez rechazó el dinero cambio de dejarle libertad. 
Durante décadas Anne Sinclair fue uno de los rostros con mayor magnetismo de la televisión francesa. "Una periodista con ojos que traspasaban la pantalla", según un amigo mío francés. Se hizo un nombre y amasó una pequeña fortuna que se suma a la inmensa herencia que le dejaron sus padres.
Dicen de ella que es meticulosa, trabajadora e influyente. Probablemente se imaginaba ya en su puesto de primera dama francesa al que, con toda seguridad, ya nunca llegará. 
El acusado se ha metido en un lío que puede arruinar su vida y dudo que para su mujer el trago sea mucho más fácil. 
Habrá un juicio paralelo para Dominique Strauss-Kahan y en medio de todo el escándalo, ¿seguirá ella prestándole todo su apoyo? ¿Creerá de verdad en él o es una simple tapadera de conveniencia? 
Con el tiempo saldremos de dudas. O no, porque hay cuestiones que permanecen en la sombra del misterio.

martes, 10 de mayo de 2011

ELIJA SEÑORA, PELUCA O JIYAB

Mujer ultraortodoxa judía acicalando su peluca
Hemos logrado convertirnos en auténticos expertos en cada uno de los trozos de tela que someten (habrá quien piense que no) a la mujer en la cultura islámica. Nos los sabemos de memoria. Está el jiyab, el niqab, el chador y el burka o velo integral, la madre de todas las prendas opresoras. 
¿Pero qué me dicen de la ingeniosa idea que han tenido las mujeres ultraortodoxas? Ellas sí que se lo han montado bien. Puestas a tener que cubrise la cabeza, debieron pensar, ¿qué mejor que una peluca que dé el pego? 
Y eso hacen todas: ponerse pelucas. Hasta el punto de que en un almacén de pelo natural, en Madrid, me confesaron que sus mejores clientes pertenecían a la comunidad ultraortodoxa israelí.
Me parece un subterfugio de lo más ingenioso porque al fin y al cabo cumples con tu obligación y encima puedes estar hasta favorecida.
Piensen en que las habrá con cuatro pelos y que, las muy pillas, elijan pelucas bien nutridas, aunque creo que las de cabello rizado están mal vistas por ser demasiado llamativas. No vaya a ser que el rabino ponga el grito en el cielo.
Con poco más pueden presumir porque tanto judías como musulmanas, si son piadosas, no deben enseñar más carne que la de sus manos y su rostro. Ya sabemos que muchas, ni eso.
¿A cuento de qué viene todo esto? Parece ser que el lunes, según Menéame, una de las noticias más leídas en twitter fue la del photoshop discriminatorio aplicado por un periódico judío ultraortodoxo. Seguro que ya han visto cuál fue su peculiar interpretación de una reciente imagen que pasará a la historia: la de los rostros del Gobierno de Obama en la "Situation Room" siguiendo la caza de Bin Laden.
Fotografía publicada en Der Tzitung que elimina a Hillary Clinton y a Audrey Tomason
Fotografía difundida por la Casa Blanca
¿Qué les parece? Por el morro se ha eliminado de la escena a las dos mujeres presentes en la habitación. Según la visión ultrareligiosa de la realidad, allí sólo había hombres. Con lo que dió de sí la imagen de Hillary llevándose la mano a la boca. Ni siquiera se han molestado en disimular los huecos dejados por la Secretaria de Estado norteamericana y por Audrey Tomason, responsable de la lucha antiterrorista. 
Encima de lo que nos ha costado a las mujeres llegar hasta la cúpula del poder, van los ultraortodoxos y nos eliminan de un plumazo, o mejor dicho, a golpe de photoshop.
La cosa sería anecdótica si se limitara a censurar la presencia de Clinton. Pero el asunto tiene más miga. En ese periódico jamás se publican fotos de mujeres. Es como si el género femenino no formara parte de la realidad. ¿Y saben  cuál es la explicación? Sus editores consideran que las imágenes son "sexualmente sugerentes". Inducen al pecado.
Lo mejor de todo es que, según parece, las mujeres son el pilar fundamental de la comunidad ultraortodoxa judía. Son las que salen a trabajar mientras ellos se dedican a las cosas del espíritu. 
Se acepta que ganen los cuartos. Que salgan en la prensa ya es otra cosa. Elija señora, peluca o jiyab.

jueves, 5 de mayo de 2011

LOS CACHAS SEALS

Imagen de un navy seal publicada en The New York Times
Tengo que confesarlo: me tienen fascinada los chachas seals. Fíjense en esa espalda, esos hombros, esa cinturita de avispa.  Si hasta tienen trasero, esa parte del cuerpo masculino que suele dejar tanto que desear. Sólo con esa complexion puede uno formar parte de la élite militar yanqui. Pero no se dejen engañar, el Team 6, los hombres que aparecieron por sorpresa en la alcoba de Bin Laden, no tienen aspecto de Geiperman. Parece ser que ellos, los de la unidad especial, la creme de la creme entre lo más selecto, tienen más bien pinta de hippy macizo. A los músculos trabajados, le añaden una barba de varias semanas y una melena descuidada para pasar inadvertidos en ambientes hostiles. No es cuestión de dar el cante en una calle de Kandahar.
Y no crean que basta con el graduado escolar para llegar a ser uno de ellos. Todos tienen estudios superiores, una licenciatura y en algunos casos hasta másters. 
Digo que los chavales me fascinan porque además salen baratos. ¿Se acuerdan ustedes de cuánto dinero ofereció la administración Bush por la cabeza de Bin Laden? Nada más y nada menos que cinco millones de dólares. Y eso fue al principio, después la cantidad fue aumentando hasta los cincuenta millones.
Bien, pues al final la cosa ha salido mucho más económica. Los seals cobran una media de 54.000 dólares anuales. Sí, han leído bien, como muchos de ustedes, los que tienen suerte de trabajar, quiero decir. Y eso que ellos son expertos en paracaidismo, submarinismo, demoliciones y medicina de combate entre otros pasatiempos.
En tiempos de recortes, es una buena noticia, echar cuentas y ver que eliminar al enemigo número uno de América ha salido a precio de saldo. A unos dos mil euros al mes, más complementos. No incluyo en la factura, las torturas de Guantánamo ni el helicóptero escacharrado que se han dejado en la guarida de Abbottabad.
Pues nada, lo único que lamento es que el cachas que se cepillara a Bin Laden no va a poder presumir de ello delante de los colegas. El Team 6 es tan secreto que ni siquiera el Departamento de Defensa norteamericano conocía directamente su existencia. Lástima. Tiene que dar cierta rabia haber metido un tiro en la cabeza al fugitivo más buscado y no poder fardar.
Eso sí, por él, por ese héroe anónimo, brindan ya en todos los bares de América. Ayer, un presentador de la cadena ABC lo expresó muy claro: "Es el hombre al que todos nos gustaría dar un abrazo y felicitar". "Dios le bendiga eternamente", escuché que decía otro tipo en un bar cercano a su campo de entrenamiento.
¿No digo yo que son increibles estos cachas seals?

lunes, 2 de mayo de 2011

EL ESCONDITE PAQUISTANÍ

¿Alguien ha visto alguna vez un kalashnikov en una mezquita? Yo sí, en la mezquita roja de Islamabad. Y no sólo uno, varios. ¿Qué pintaba un arma en un templo? En ese caso, la explicación estaba muy clara: proteger a su director, Abdul Razid Ghazi. 
Es el personaje que ven sobre estas líneas. Tuve el "privilegio" de entrevistarle en septiembre de 2006 en un viaje a Pakistán para hacer una serie de reportajes. Digo que tuve suerte entonces de hablar con él porque murió meses más tarde. Fue abatido por el ejército paquistaní dentro de la mezquita.
Nunca se me olvidarán sus palabras: "El concepto de yihad está contemplado en el islam. Si alguien ataca a nuestra religión, tenemos que defendernos, y a veces, no queda más remedio que defenderse atacando". 
El kalashnikov estaba dentro de su despacho. Uno de los estudiantes de la madrasa, la escuela coránica en el recinto de la mezquita, lo sacó antes de que entrásemos en la habitación. Al menos otro de los jóvenes que aguardaba en el exterior llevaba también un AK-47 al hombro. Y no lo escondía.
Cuando le pregunté por qué necesitaba tener armas en una mezquita me dijo que era por culpa del Gobierno de Pervez Musharraf. "No podemos bajar la guardia porque quieren acabar con nosotros", dijo. 
Yo no me lo tomé muy en serio, pero, estaba equivocada. En julio del año siguiente, las tropas de élite asaltaron la mezquita y mataron, entre otros a Ghazi, cuyo cadáver apareció en el sótano. La justificación oficial para intervenir fue que la mezquita se había convertido en un lugar peligroso, una amenaza para la seguridad del pais. Un lugar en la órbita de AlQaeda.
Historias como ésa se conocen en un viaje a Pakistán, el país más enigmático que he visitado nunca. 
Ghazi, como tantos otros, había luchado en Afganistán contra las tropas soviéticas. Y para Ghazi, como para tantos otros, el de los talibanes había sido el mejor gobierno que el país vecino había tenido nunca. Al fin y al cabo, los talibanes, al igual que AlQaeda, eran productos made in Pakistán. 
En ese viaje me acerqué hasta Peshawar la cuna de ambas criaturas. Una ciudad clave. Allí nació AlQaeda en los 80 (La Base en árabe) la organización destinada a liberar Afganistán de la invasión infiel. Y allí, nació también el movimiento talibán una década después. Los estudiantes del islám se educaron en las madrasas de esa ciudad. Eran hijos de afganos refugiados de la guerra.
En Pesawar comprobé que hay territorios al margen de la ley y del Estado. Lugares donde la justicia la resuelven los líderes pastunes (la etnia de los talibanes) a su manera. Lugares (lo vi con mis propios ojos) donde cualquier familia pudiente tiene un auténtico arsenal en su vivienda.
Peshawar está a dos horas en coche de la frontera con Afganistán. Cuando estuve allí, el gobierno local había prohibido la música. Las mujeres se ocultaban bajo el burka y eso que era 2006, cinco años después de la caída del régimen talibán en el país vecino. Era uno de los mayores supermercados de armas del mundo. Los escaparates exhibían kalashnikov por menos de cien euros.
Foto junto a varios miembros de la policía tribal

Allí no había rastro del ejército paquistaní. La seguridad y el control fronterizo se habían cedido a la policía tribal, un cuerpo especial de la etnia pastún, que supuestamente velaba por la seguridad de ambos países. 
En Peshawar, comprobé que muchos consideraban a Osama Bin Laden como un buen musulmán. Los talibanes eran vistos como gente honrada que podría haber pacificado Afganistán si les hubieran dejado tiempo, si Occidente les hubiera dejado en paz. 
En Paquistán descubrí que las cosas no eran como me las habían contado, que una realidad mucho más compleja aparecía ante mis ojos desmontando algunas preconcepciones.
En Paquistán me dijeron que el ISI, los servicios secretos, estaban por todas partes pero eran invisibles. Me dijeron también, que sus dirigentes apoyaban el yihadismo a pesar de vender lo contrario de cara a Occidente. Quienes me lo dijeron formaban parte de los servicios secretos de otra nación.
Fotografía tomada desde nuestro vehículo en una calle de Peshawar

En Pakistán me di cuenta de que todo el país era una especie de laboratorio. Un lugar donde el Poder debía realizar un peligroso juego de equilibrios. Un lugar donde el doble juego era la única política real.
Era septiembre de 2006, allí viví el quinto aniversario del 11-S. Especulábamos sobre el lugar dónde estaría escondido Bin Laden. No sabía que lo tenía mucho más cerca de lo que nunca hubiera podido imaginar.