domingo, 23 de octubre de 2011

¿CUANDO ANIQUILARÁ EL ISLAMISMO AL FEMINISMO EN TÚNEZ?





Esa es la pregunta que se hacen ahora mismo en ese país. ¿Es el islamismo compatible con el avance de la mujer? Las tunecinas progresistas están convencidas de que no. Aunque se vista de moderada, esa corriente política siempre supondrá un retroceso para ellas, piensan. 
Ellas siempre han sido la envidia de sus colegas magrebíes, el espejo en el que muchas norteafricanas se han mirado para aspirar  a una mayor equiparación con los hombres.
"Las mujeres árabes tenemos como referencia a las tunecinas. Ellas son las más libres y las que más derechos tienen", así de claro me lo decían un grupo de mujeres argelinas en Argel el pasado marzo donde participé en unas conferencias sobre mujer y periodismo  dos meses después del estallido revolucionario.
El Código del Estatuto Personal de Túnez permite a las mujeres divorciarse, abortar y votar. Y lo permite  desde 1956, antes de que muchas europeas, entre ellas las españolas, pudieran acceder a algunos de esos derechos.
En el único país musulmán donde la poligamia está prohibida por ley, ellas ocupan la mitad de los asientos en las aulas, se maquillan y utilizan anticonceptivos. Suponen un tercio del poder juicial y una cuarta parte del cuerpo diplomático.  

En el país norteafricano menos impregnado por la religión, hasta ahora el hiyab (prohibido con Ben Alí en los edificios oficiales desde escuelas hasta ayuntamientos) era una prenda relativamente poco presente en los espacios públicos, sobre todo en comparación con las naciones vecinas. 
Las mujeres tuvieron un papel protagonista en la revuelta social que derrocó a Ben Alí, el pasado enero, y ahora con su voto participan en un experimento democrático inédito, exceptuando la primera consulta electoral en Argelia en 1991. 
Deberían tener sobrados motivos para sentirse orgullosas, pero las elecciones de Túnez de este fin de semana inquietan a muchas ciudadanas.
El motivo de esa preocupación tiene un nombre: En Nahda, renacimiento en castellano, el nombre del partido islamista moderado que, según todos los sondeos, va a conseguir la mayoría de votos. 
"Los islamistas de En Nahda nos consideran laicas, ateas y prostitutas que promovemos la homosexualidad", dice Amira Nefzaoui de la Asociación Tunecina de Mujeres Democráticas. "No me cabe ninguna duda: si llegan al poder, van a hacer todo lo posible para prohibirnos". 
Con el mejor estatus de todos los países árabes, después de Líbano, las tunecinas no se conforman con mantener lo logrado hasta ahora sino que pretenden consequir nuevas conquistas. 
Sin embargo, motivos tienen para empezar a preocuparse. 
"No me cabe duda de que pretenden que las mujeres volvamos a la cocina, pero que sepan que igual que hemos echado al dictador, saldremos a la calle para defender nuestros derechos", dice Abid, una estudiante de medicina.
Hasta ahora los árabes sólo han conocido dos modelos de Estado. la autocracia o la teocracia. Las mujeres lo han tenido difícil en ambos. 
La democracia es por fin una nueva posibilidad. Las elecciones de Túnez, celebradas nueve meses después de la caída del tirano, son un parto, el primer gran parto de la primavera árabe.
El tiempo dirá si la democracia tunecina puede o no suponer un retroceso para ellas, las hasta ahora envidiadas en todo el magreb.





domingo, 2 de octubre de 2011

EL VACÍO DEL SANDINISMO

Último Capítulo: Goodbye Nicaragua

Hace mucho que el sandinismo empezó a suicidarse. Por poner una fecha concreta, podríamos decir que la muerte moral del FSLN empezó en 1990, justo cuando perdió las elecciones frente a Violeta Chamorro. 
En los días posteriores a la derrota, los ex comandantes de la insurrección guerrillera tuvieron un arrebato neoliberal y antes de dejar el poder se repartieron entre ellos numerosas propiedades expropiadas por el Estado al régimen de los Somoza. 
Para tí esa hacienda cafetalera, yo me quedo con esta finca bananera y tú con el ingenio de azucar. No os preocupéis que supermercados hay para todos...Algo similar debió suceder.
El expolio, conocido en Nicaragua como "La Piñata", se hizo rápido, entre el 25 de febrero, el día de las elecciones y el 25 de abril, cuando doña Violeta tomó posesión del cargo de presidenta.
A partir de ese momento, los dirigentes del partido pasaron a formar parte de la élite empresarial nicaragüense. El sandinismo abandonó para siempre la utopía y se vendió al pragmatismo.
Cuando llegó el ultra liberal Arnoldo Alemán a la presidencia de la república, en 1996, Ortega y compañía decidieron sacar partido a las circunstancias adversas. Y lo hicieron en forma de pacto. 
"El Pacto" con la derecha, como se conoce en el país consistió en repartirse el poder con el partido de Alemán. Se repartieron el control sobre las principales posiciones en la Corte Suprema de Jusiticia, el Consejo Supremo Electoral y la Superintendencia de Bancos, entre otras instituciones.
Bien mirado, todos salían ganando. Los sandinistas miraban hacia otro lado en los casos de corrupción que salpicaban a Alemán y lograban a cambio beneficios electorales, como la modificación del porcentaje necesario de votos para poder gobernar, que les favorecía claramente. 
El esperpento llegó algo más tarde, cuando el FSLN vió, por primera vez en más de quince años, que podía volver a conquistar el poder. Una vez que Ortega volvió a la presidencia, en 2006, el vacío intelectual se había instalado en el movimiento político. Sin remedio.
Porque el sandinismo no sólo se ha derechizado e impregnado de un tufo esotérico sino que además ha perdido todo contenido político. Se ha desdibujado por completo.
En sus discursos, Daniel, como se le conoce en el país, hace referencias a Moisés, a la tierra prometida y a Dios, pero de lo que ya no habla es de los problemas concretos del segundo país más pobre del hemisferio americano después de Haití. 
Esos mensajes místicos y el oportuno rechazo sandinista al aborto terapéutico en un país profundamente conservador, bastaron para llevarle a la presidencia de la república. 
El próximo noviembre puede repetir su victoria en las urnas. 
Dentro de tres semanas viajo a Nicaragua, el país en el que viví hace 14 años.
Seré testigo de las elecciones y también veré el documental con el que he abierto este post. 
"Último capítulo: Goodbye Nicaragua" aporta un enfoque muy personal sobre la podredumbre del sandinismo. 

Estoy deseando verlo.



¿De qué va el docu?
El asesinato de tres periodistas internacionales y otras cuatro personas en La Penca, en 1984, nunca quedó resuelto. 
Habían sido convocadas a una rueda de prensa por Edén Pastora, conocido como el Comandante Cero de la Contra nicaragüense, la oposición guerrillera al sandinismo financiada por Estados Unidos.
¿Quién ordenó su muerte, el propio Pastora o los sandinistas? ¿Con qué objetivo?
El autor del documental es Peter Torbiörnsson, un periodista sueco, testigo excepcional de los hechos. 
Él aceptó como compañero de viaje a La Penca a un supuesto periodista danés que fue quien activó la bomba.
25 años después, Torbiörnsson vuelve a Managua para reencontrarse con el pasado, para enfrentarse a las preguntas que ha pasado media vida esquivando: ¿Le tendieron una trampa sus amigos sandinistas? ¿Fue utilizado para eliminar al líder de la Contra?
En el actual contexto de decepción con los políticos de siempre y de confusión ideológica, resulta muy interesante ver este documental.

Paradojas de la vida, ahora Edén Pastora es funcionario del Gobierno sandinista. 
Daniel Ortega aspira a ser reelegido presidente el próximo 6 de noviembre. Y parece que lo logrará.